¿Por qué Inglaterra aspira a reducir un 30% el consumo de carne?

Si el gobierno inglés se compromete con la reducción del 30%, se convertiría en un objetivo líder a nivel mundial.

Escrito por Alejandra Gloria Piña
16/07/2021 09:48

El gobierno de Inglaterra busca implementar una nueva estrategia alimentaria tras exponer, con todo detalle, el daño que el actual sistema alimentario y ganadero causa al medioambiente, así como a nuestra salud. La producción alimentaria actual, sobre todo de alimentos de origen animal, es el mayor destructor de la naturaleza y una de las principales fuentes del calentamiento global, sostiene el documento.

El informe apunta al consumo excesivo de carne. "Nuestro actual apetito por la carne es insostenible. El 85% de las tierras de cultivo se utilizan para alimentar al ganado y necesitamos recuperar parte de esas tierras", argumenta.

Ese 85% de la tierra sólo proporciona el 32% de las calorías que comemos, por el contrario, el 15% de las tierras de cultivo que se utilizan para producción de plantas para el consumo humano proporciona el 68% de nuestras calorías.

Esta estrategia recomienda reducir el consumo de carne en un 30%, en una década. Si el gobierno inglés lo aceptara, sería un objetivo líder en el mundo. Sin embargo, aunque es coherente con el consejo de los asesores oficiales y el llamado Comité del Cambio Climático, muchos estudios científicos han concluido que se necesitan recortes mucho mayores en las naciones ricas y occidentales si se quiere frenar la crisis climática.

Un importante análisis concluye que los europeos y norteamericanos deben reducir el consumo de carne en un 80% para que su dieta sea respetuosa con el clima y saludable. Otro decía que era necesario reducir en un 90% el consumo de carne de vacuno para vencer el calentamiento global. Igualmente, según algunos investigadores, evitar la carne y los productos lácteos es la mejor manera de reducir el impacto ambiental en el planeta.

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El informe propone que el objetivo del 30% de reducción se logre mediante "incentivos" al comportamiento y la sustitución de la carne por alternativas vegetales, descartando un impuesto sobre la carne. Estas consideraciones fueron tomadas ya que la alimentación está profundamente arraigada en la cultura y el Secretario de Medio Ambiente, George Eustice, argumentó que sermonear a la gente sobre sus dietas es un enfoque equivocado.

El documento evita recomendar políticas decisivas, destacando la oposición pública a los impuestos sobre la carne. Sin embargo, su propio sondeo indica que “el 75% de los encuestados apoya o no se opone a los impuestos sobre algunas carnes", dice Marco Springmann, de la Universidad de Oxford. "La ciencia del comportamiento sugiere que es poco probable que se consigan cambios dietéticos específicos sin medidas integrales, que incluyan incentivos fiscales y mandatos", dice.

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En noviembre, profesionales de la salud del Reino Unido pidieron un impuesto sobre la carne. Un sondeo de WWF-Reino Unido publicado el jueves también muestra que casi el 80% de las personas consideran que el gobierno es responsable de garantizar que los alimentos saludables y respetuosos con el medio ambiente sean baratos y fáciles de conseguir.

El cambio se está produciendo de todos modos, ya que la mayoría de la gente acepta que debería comer menos carne, ya sea por razones medioambientales, de salud o de bienestar animal. Los proveedores del sector público que sirven miles de millones de comidas al año en escuelas, universidades, hospitales y residencias se comprometieron en abril de 2020 a reducir la cantidad de carne que sirven en un 20%.

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Los consumidores más jóvenes y los agricultores están liderando el camino desde un consumo excesivo de carne hacia la producción de alimentos más ecológicos y la recuperación de la tierra.

La cuestión es si este relevo generacional será lo suficientemente rápido como para frenar la aceleración de la crisis climática. Los efectos cada vez mayores del calentamiento global que se observan en todo el mundo sugieren que no, lo que significa que será necesaria la acción política.

Alianza Alimentaria, educa sobre los impactos ambientales y sociales de la alimentación, y gestiona el cambio hacia menús más respetuosos con el medio ambiente y la sociedad. Lo que sirves en tu comedor o restaurante, puede estar poniendo al planeta y la sociedad en riesgo, contáctanos para reducir tu impacto.

Vía El Diario


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