México tiene un alto índice de personas que han optado por una dieta vegetariana, vegana o flexitariana.
De acuerdo con el informe “Estudio Global sobre Salud y Percepciones de Ingredientes” de Nielsen Ibope de 2016, el más reciente sobre el tema, México se posicionó como el país de América Latina con más habitantes que llevan dietas basadas en plantas: el 19% son vegetarianos, el 15% flexitarianos y el 9% veganos.
Más recientemente, según los datos recabados por el festival Gourmet Show en 2018, el 20% de los mexicanos afirma no consumir carne, o el estar abandonando su consumo para llevar una dieta saludable basada en una alimentación encausada al veganismo con conciencia.
¿Cuáles son los antecedentes de la alimentación basada en plantas en México? ¿Por qué cada vez más personas deciden reducir o eliminar los alimentos de origen animal de sus dietas?
La alimentación que acostumbraban los habitantes del México prehispánico es un tema bien documentado. La dieta prehispánica es considerada como una de las más sanas y completas del mundo. No sorprende que la mayor parte del pueblo mexica se mantuviera sano a base de maíz nixtamalizado y nopal.
Además de la trilogía maíz / frijol / chile, otros alimentos de consumo popular eran calabazas, nopales, chayotes, jitomates y tomates. También había alimentos que en Europa no se conocían, como tejocotes, ciruelas de hueso grande, capulines, diversos zapotes, jícamas, variados camotes y otras raíces, diversidad de tunas y gran cantidad de hierbas, como los quelites y los quintoniles. En cuanto a las proteínas animales, los habitantes del México prehispánico consumían más de 247 especies de insectos, aves, liebres, y algunos otros animales salvajes. En la cocina prehispánica no se acostumbraba freír los alimentos, pues no disponían de aceites vegetales ni de mantecas animales.
Un estudio de investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, arrojó que la dieta prehispánica a base de maíz, frijol, nopal, jitomate, semilla de calabaza y chía, mejora el metabolismo y la flora intestinal.
Así mismo, científicos de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, encontraron que, por su síntesis nutricional, la dieta a base de maíz, frijol, y amaranto, es la dieta ideal.
El tema histórico de la alimentación en México es un punto a favor de quienes llevan una alimentación a base de plantas, o desean ser vegetarianos, veganos o flexitarianos. Basta con pensar en algunas de las recetas más populares de esta gastronomía, declarada Patrimonio de la Humanidad: tlacoyos, huauzontles, esquites, sopa de tortilla, sopes… Aunque en algunas recetas prehispánicas se utilizaban insectos y algunas especies animales, en realidad fueron las costumbres alimenticias árabes y españolas, así como la introducción de animales como vacas, cerdos y venados, lo que transformó la gastronomía local. Entonces, es de considerar que la adopción de una dieta basada en plantas en México no es cuestión de tendencia, sino de una vuelta a los orígenes.
En la encuesta de Nielsen, 51 de cada 100 mexicanos respondió que estaría dispuesto a dejar de comer carne y sus derivados, mientras que 28.8% dijo que es muy probable que al menos reduzca su consumo.
Al preguntar los motivos por los que cada persona lleva este tipo de alimentación, la respuesta no tuvo relación con motivos históricos, sino más bien con convicciones como “respeto a los animales” –respuesta que se repitió un 36% de las veces–. Esto naturalmente obedece a la cercanía que ha generado el humano con otras especies y a la empatía que ha traído efectos positivos en términos de alimentación, pues incluso quienes no son vegetarianos o veganos están cada vez más dispuestos a reducir su consumo de carne.
Así mismo, México ha sufrido una transformación de los estándares epidemiológicos, producto de los cambios de consumo, el estilo de vida, y la alimentación. Esto ha significado un incremento de la obesidad, diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia renal y otras enfermedades denominadas crónico degenerativas, que causan preocupación no sólo al sector salud, sino también a nivel individual, por lo que muchas mexicanas y mexicanos están optando por reducir o eliminar el consumo de carnes rojas, lácteos y grasas saturadas, entre otros alimentos de origen animal, e incluir más alimentos vegetales.
Por otro lado, el impacto de la alimentación en el ambiente llama cada vez más el interés de la población mexicana, quienes eligen un consumo responsable de bajo impacto ambiental, que mitigue el cambio climático, respete la diversidad cultural y la biodiversidad, y proteja los ecosistemas.
La dieta de la Milpa es una propuesta que adapta la alimentación aprovechando todos los aportes que ofrece la biodiversidad regional de México, promoviendo un modelo alimentario saludable basado en las tradiciones mesoamericanas que forman parte de nuestra identidad cultural, y que impacten positivamente en la salud. La milpa generalmente se refiere a la triada de maíz, frijol, y calabaza, e incluye, dependiendo de la región, jitomate, tomatillo, chile y plantas medicinales. La milpa es una de las técnicas agrícolas más sensatas y productivas en el mundo, desde el punto de vista de la salud, ecología y de seguridad alimentaria.
Por otra parte, veganizar los platos mexicanos, o sustituir los alimentos de origen animal por vegetales, resulta sencillo, ya que la mayoría de los ingredientes básicos ya son de origen vegetal y la carne puede ser sustituida por legumbres y sus derivados. Platillos como las enchiladas, quesadillas, tacos, flautas, sopes, tlacoyos, pozole, etc., son sólo algunas de las comidas que se pueden preparar 100% a base de plantas.
En el Día Mundial Sin Carne, resulta interesante analizar las razones y beneficios para la población mexicana, de adoptar una alimentación en donde se priorice el consumo de alimentos vegetales, y se reduzca o elimine el de alimentos de origen animal.