Mitos y realidades del consumo de alimentos con fitoestrógenos

¿Qué son los fitoestrógenos y cuáles son sus efectos en el cuerpo humano, al consumirlos de los alimentos?

Escrito por Alejandra Gloria Piña
30/03/2021 09:00

Los fitoestrógenos son compuestos naturales que forman parte de numerosos alimentos de origen vegetal como cereales integrales, legumbres, hortalizas y frutas. Según la Food Standards Agency, fitoestrógeno es cualquier planta, sustancia o metabolito que induce respuestas biológicas en vertebrados y que puede mimetizar o modular las acciones de los estrógenos endógenos, usualmente por unirse a los receptores de estrógenos.

El interés por los fitoestrógenos surgió a partir de la observación de algunos estudios epidemiológicos en los que se comparaba la dieta de la población occidental con la de la población oriental, especialmente la de Japón y otros países asiáticos, donde existe una menor incidencia de enfermedad cardiovascular y de algunos cánceres dependientes de hormonas, como el de mama, endometrio, próstata y colon. Asimismo, las mujeres asiáticas también presentan una menor incidencia, en relación con las occidentales, de trastornos asociados al climaterio, como por ejemplo los sofocos.

Estos estudios evidencian que no solamente los factores étnicos y genéticos están implicados en el desarrollo de estas enfermedades, al demostrar que los inmigrantes japoneses de Estados Unidos, cuando cambian sus hábitos dietéticos por los occidentales, igualan su riesgo con respecto a la población occidental.


Clasificación de los fitoestrógenos

Isoflavonas: los fitoestrógenos de mayor importancia al ser los más abundantes y los más potentes. Las concentraciones más elevadas se encuentran en la soja y algunos de sus derivados (harina, leche y tofu), y en menor cantidad en lentejas y garbanzos.

Lignanos: se encuentran en el segundo puesto de importancia tras las isoflavonas y son conocidos por su efecto antioxidante. Las semillas de lino (linaza) son la principal fuente de estos compuestos fenólicos, seguidas desde lejos por las semillas de sésamo. También están presentes en multitud de alimentos pero en bajas concentraciones: en cereales como el trigo y la cebada, en el aceite de oliva, en frutas como cerezas, manzanas, peras, albaricoques secos, y en muchos otros vegetales (zanahoria, perejil, ajo, etc).

Cumestanos: son los fitoestrógenos de menor interés. Sus principales fuentes son las plantas de forraje como la alfalfa.


Mitos y realidades de los fitoestrógenos

1. No sólo se encuentran en la soya. Se tiene la idea de que los fitoestrógenos sólo se encuentran en alimentos específicos, como la soya y sus derivados, sin embargo se encuentran ampliamente distribuidos en los alimentos e incluso en algunas bebidas. Contienen fitoestrógenos los frutos secos y semillas, las legumbres, frutas secas (dátiles, orejones, pasas), frutas (fresas, arándanos, frambuesas), verduras (calabaza, brócoli, hinojo, col, cebolla), hierbas aromáticas, bebidas (vino, cerveza y whisky).

2. Fitoestrógenos ≠ Estrógenos. Los fitoestrógenos tienen una estructura parecida a los estrógenos y se les conoce por presentar una actividad estrogénica débil. Esto puede llevar a pensar erróneamente que actúan igual que ellos, pero no es tan sencillo.

Debido a la similitud estructural de las isoflavonas con el estradiol (forma más activa de estrógeno) tienen la capacidad de unirse a los receptores estrogénicos. Sin embargo su afinidad es distinta y los complejos resultantes de las uniones con los receptores también.

Para entender su acción sobre los receptores estrogénicos hay que saber antes que:

Existen dos tipos de receptores estrogénicos (RE): alfa y beta distribuidos de manera desigual por el organismo. Los receptores alfa se encuentran principalmente en el tejido mamario y en el útero mientras que los beta en el sistema nervioso, el hueso y en la pared cardiovascular. El estradiol tiene afinidad similar por ambos receptores, mientras que las isoflavonas presentan una afinidad destacada por los RE beta.

3. Tienen actividad antitumoral. Una dieta rica en fitoestrógenos de la soya se asocia con una mayor protección ante cáncer de mama. Lo mismo ocurre en el caso del cáncer de endometrio y de próstata en el varón.

En mujeres con antecedentes de cáncer de mama está desaconsejado el uso de suplementos de fitoestrógenos, especialmente isoflavonas porque algunos estudios preclínicos han mostrado que puede existir riesgo al utilizar altas dosis de fitoestrógenos durante períodos de tiempo prolongados.

4. Eficaces en el tratamiento de síntomas del climaterio. Según las conclusiones de diversos estudios epidemiológicos, una dieta rica en isoflavonas reduce la incidencia de la sintomatología climatérica, en especial la de los sofocos. Este trastorno es el síntoma más común de la menopausia y lo padecen aproximadamente el 75-85% de las mujeres occidentales, mientras que sólo un 15-25% de las mujeres japonesas lo presentan. Actualmente, la dosis diaria recomendada de isoflavonas está entre 40 y 80 mg, y con ella no se han descrito efectos secundarios.

5. Isoflavonas y salud sexual masculina. El Diario Americano de Nutrición Clínica refiere que consumir alimentos de soya no es lo mismo que consumir suplementos de isoflavonas, por lo cual, las personas que consumen dietas a base de soya no han mostrado reducción de la fecundidad o de líbido sexual. Entonces, la soya y sus derivados son alimentos seguros de los cuales no hay información consistente sobre reducción de la testosterona en hombres.


El consumo de alimentos que contienen fitoestrógenos ha demostrado ser beneficioso para la salud, tanto de hombres como mujeres, y ayudar en la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, por lo que su consumo es recomendado.


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