Conoce por qué la mala alimentación afecta al medio ambiente

La comida ultra procesada tiene una huella hídrica mayor, contribuye a las emisiones de GEI y suele generar más basura.

Escrito por Alejandra Gloria Piña
27/08/2021 10:33

La producción de alimentos tiene impactos ambientales a distintos niveles según el tipo de alimento, desde la obtención de los insumos, su producción, distribución, e incluso al ser desechados. Pero, el costo para el medio ambiente de los alimentos ultra procesados es mucho mayor que el de los alimentos naturales o frescos, que son también considerados como más saludables.

Un estudio realizado en Guadalajara, Jalisco, por el Instituto de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (IICAN), encontró que hay una fuerte relación entre las dietas hipercalóricas (dietas con exceso de calorías) y una huella hídrica alta, así como entre la obesidad y el cambio climático. La investigación encontró que “las dietas de personas con exceso de adiposidad generaron una huella hídrica estadísticamente más alta, con un gasto adicional de 729 litros por persona al día (lpd) en comparación con la población con adiposidad dentro de los rangos recomendados”.

Mariana Lares-Michel, maestra investigadora del estudio, explica que para el análisis se tomaron algunas recomendaciones dietéticas, sobre todo respecto a carne roja, ultra procesados, en forma de bebidas azucaradas, cereales con grasa, que incluye galletas, pasteles, papitas, botanas, etcétera. “Se comprobó que un consumo adecuado, o incluso un poquito más elevado de vegetales, por ejemplo, tenía un factor protector para huella hídrica, y por otra parte, un consumo, que supera la recomendación de carnes principalmente, y alimentos ultra procesados, genera un riesgo para la huella hídrica”, mencionó.

Con esto se observa que la obesidad, además de estar relacionada con implicaciones económicas y de salud pública, también tiene importantes impactos ambientales, especialmente en la huella hídrica. “Seguir las recomendaciones nutricionales ofrece un factor protector en el cuidado del agua, mientras que no cumplirlas representa un riesgo hasta 93 veces mayor del gasto hídrico”.

“La huella hídrica es un índice que calcula el volumen de agua dulce que se necesita para producir un bien o un servicio, entonces, para poder saber cuánta agua se necesita para generar un producto, tenemos que identificar su ciclo de vida, y dar seguimiento a cada uno de los alimentos que se consumen”, explicó Lares.


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Las investigadoras consideran que “el consumo dietético que conduce a un exceso de adiposidad tiene un mayor impacto ambiental que un consumo de alimentos naturales, frescos y más saludables. Entonces, la obesidad se ha relacionado con problemas como el cambio climático. Este consumo es posible gracias a la producción de alimentos que requiere grandes cantidades de recursos naturales, en particular agua”. Un ejemplo de estos es la dieta occidental, que es rica en grasas, azúcares, carnes y alimentos ultraprocesados. Cumplir las recomendaciones dietéticas puede proporcionar ahorros de hasta el 52% de la huella hídrica.

Los resultados arrojaron que tener obesidad abdominal por grasa visceral genera un riesgo 4,77 veces mayor de superar la huella hídrica, que una dieta saludable. “Seguir una dieta saludable puede ayudar a promover la salud pública al disminuir los niveles de adiposidad y atenuar el impacto en el medio ambiente”. En el estudio encontraron que “algunos individuos de la muestra generan una huella hídrica de más de 18 mil lpd debido al consumo excesivo de carne y dietas hipercalóricas, con alimentos ultra procesados”. En general, encontraron que la población con exceso de adiposidad genera una huella hídrica superior que la población con adiposidad adecuada, que representa un sobrecoste diario de 726.86 litros.

También encontraron que los participantes superaron el consumo de refrescos y su ingesta alcanza el 537.11% a lo recomendado. Según el análisis, “sobrepasar la porción recomendada de consumo de jugos de frutas naturales e industrializados generaba un riesgo hasta 4.64 veces mayor de exceder la huella hídrica de la dieta saludable”.


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Hay investigaciones que sugieren que si se cambiara a una dieta basada en plantas, se reduciría el uso de la tierra para la agricultura en un 75%, y por lo tanto, de agua.

Aunado a esto, un análisis publicado en el Diario Americano de Nutrición Clínica, coincide con que los adultos mexicanos no tienen una dieta saludable ni sostenible.


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¿Sabías qué…?


México es uno de los países con mayor estrés hídrico y de los que menos invierte en resolverlo. Según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua, de Enero a Junio, tres cuartas partes del país tenía algún nivel de sequía.


No sólo se tomó en cuenta la huella hídrica de los alimentos ultra procesados, también tiene que ver con la basura que generan con sus empaques. Se ha mostrado como los restos plásticos afectan la flora y fauna del país. A nivel mundial, se recicla sólo el 10% del plástico, y en México apenas supera el 6%, pues no todo es reciclable, como las bolsas de frituras y dulces, entre otros empaques, además de que no hay la suficiente infraestructura para hacerlo.

Estudios han mostrado que algunos polímeros de los empaques pueden filtrar nanopartículas de materiales posiblemente tóxicos e interactuar con alimentos y bebidas.

En cuanto a la emisión de gases de efecto invernadero, la producción de alimentos, junto con los combustibles fósiles, son las dos principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. El actual sistema alimentario produce entre un cuarto y un tercio de las emisiones globales, debido en parte a la deforestación, cambio de uso de la tierra; emisiones de fertilizantes y estiércol, metano del ganado; por la cadena de suministro del procesamiento de alimentos, refrigeración y transporte. Los analistas creen que estos impactos se reducirían con “un cambio a dietas más basadas en plantas; consumo saludable de calorías; menos desperdicio de alimentos; y mejoras en el rendimiento de los cultivos y las prácticas agrícolas”.


Alimentación saludable para cuidar el medio ambiente


El gran desafío de estos tiempos es producir más alimentos ,y a la vez, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ha dicho el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu ante los ministros de Medio Ambiente de los países del G20. “Hoy, la humanidad enfrenta una triple crisis de pérdida de biodiversidad, cambio climático y COVID-19. Hace falta un medio ambiente sano para tener una alimentación sana”.

La revista científica The Lancet ha abordado la urgencia de contar con dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles. Señala que “los impactos ambientales de los alimentos procesados están mal cuantificados, considerando sólo los efectos de los productos primarios utilizados para su producción (es decir, aceites vegetales y azúcar refinada). Es imperativo que las consideraciones ambientales de las dietas capturen el impacto general, desde la granja hasta la mesa, incluidas las etapas de procesamiento, envasado y distribución”.

Otra consideración a tener según The Lancet, es que los alimentos chatarra son producidos por grandes corporaciones transnacionales y esto significa que “pueden dictar dónde y qué se cultiva, produce, comercializa y vende en los sistemas alimentarios a nivel mundial. Pueden utilizar un marketing agresivo para impulsar la demanda y crear nuevas culturas alimentarias, construir cadenas de suministro globales para obtener ingredientes baratos y utilizar envases extensos que fomenten la producción en masa, el transporte de larga distancia y los residuos relacionados con su consumo”.


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Lares- Michel considera que medidas como el etiquetado son “un gran avance en México para regular los ambientes obesogénicos, es decir, toda esta disponibilidad de alimentos, altos en calorías y con baja calidad nutricional. Pero deben ir acompañadas de programas educativos, de apoyos para familias que tienen una situación económica complicada. Es un problema bastante complejo”.


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Vía POPLAB


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