Una de las medidas más importantes para combatir el cambio climático, es un cambio en nuestra alimentación.
La reducción de consumo de productos de origen animal, especialmente la carne, y ser más conscientes en cuanto al desperdicio de alimentos, son dos estrategias muy efectivas para combatir el cambio climático. Aún así, más del 90% de los compromisos nacionales asumidos en el Acuerdo de París, no toman en cuenta el sistema alimentario en su totalidad, a pesar de los beneficios potenciales del sector, como lo indicó este martes el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambientes (PNUMA).
Un nuevo informe publicado el pasado 1 de Septiembre —elaborado por el PNUMA, WWF, EAT y Climate Focus— descubrió que los países están perdiendo oportunidades significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La incorporación de acciones sobre las dietas, y la pérdida y el desperdicio de alimentos a los planes climáticos nacionales podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un adicional de 12.5 Gt de CO2e al año.
Los sistemas alimentarios que combinan todos los elementos y actividades relacionados con la producción, procesamiento, distribución, preparación y consumo de alimentos, representan hasta el 37% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, destacó la ONU en un comunicado. Actualmente, las acciones relacionadas con la alimentación y desperdicio de alimentos son ampliamente ignoradas, pero agregarlos a los planes climáticos nacionales, los responsables de la formulación de políticas pueden mejorar sus contribuciones de mitigación y adaptación de los sistemas alimentarios, hasta en un 25%. Estas medidas pueden reducir las emisiones hasta en 12.5 giga toneladas de dióxido de carbono, lo que equivaldría a retirar 2,700 millones de automóviles de las carreteras. Según el Acuerdo de París del 2015, se espera que los países revisen sus propuestas. Este año, por lo tanto, los legisladores tienen la oportunidad de adoptar soluciones de sistemas alimentarios y establecer metas y medidas más ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y , a su vez, mejorar la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la salud pública.
Hasta agosto de 2020, se han enviado 15 actualizaciones y revisiones de los planes nacionales y, si bien algunas incluyen agricultura, aún faltan acciones referentes a los sistemas alimentarios. “Ninguna de las actualizaciones y revisiones enviadas las menciona en sus contribuciones o políticas y medidas de mitigación”, asegura el informe. “La pandemia ha expuesto la fragilidad de nuestros sistemas de suministro de alimentos, desde cadenas de valor complejas hasta impactos en nuestros ecosistemas. Pero también ha demostrado que las empresas y las personas están preparadas para reconstruir mejor”, aseguró la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
— Frenar el cambio de uso de la tierra y la conversión de hábitats naturales, lo que podría reducir las emisiones en 4.6 Gt de CO2e por año.
— Disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos, que representan el 8% de todas las emisiones de GEI. Esto podría evitar 4.5 Gt de CO2e por año.
— La mejora de los métodos de producción de la ganadería y la reducción de las emisiones de metano en el sector, podrían evitar hasta 1.44 Gt de CO2e por año.
— Cambiar a dietas más saludables y sostenibles, con una mayor proporción de alimentos de origen vegetal que de origen animal, podría evitar las emisiones de hasta 8 Gt de CO2e por año. Ningún plan climático nacional actual discute explícitamente dietas más sostenibles.
"Transformar el sistema alimentario no sólo es un requisito previo para lograr la Agenda 2030, sino que es tan importante como la transición energética para cumplir el Acuerdo de París. El paso a una producción regenerativa y que secuestre carbono, y la adopción de dietas saludables, predominantemente basadas en vegetales, asequibles y accesibles, así como la reducción a la mitad del desperdicio y la pérdida de alimentos, son medidas cruciales que deben incluirse en las NDC de los países e integrarse en sus planes de acción climática con ambiciones claras. Hagamos de esta Década de Acción el período en el que logremos un futuro alimentario saludable, sostenible y equitativo para todos", dijo la Dra. Gunhild Stordalen, fundadora y presidenta ejecutiva de EAT.
Alianza Alimentaria ayuda a la implementación de dietas sostenibles en organizaciones, ofreciendo alternativas como las conservas, la eliminación de residuos, la reducción del consumo de productos de alto impacto ambiental y el consumo de productos locales y de pequeños productores. ¿Quieres formar parte de los individuos u organizaciones que están cambiando el sistema alimentario? Escríbenos a [email protected] e inscríbete en nuestro boletín al final de este blog, para recibir las actualizaciones del mismo y las acciones que llevamos a cabo para lograr nuestro objetivo.