Prevenir la diabetes y cuidar el ambiente a la vez

En un mundo donde más de 400 millones de personas viven con diabetes, es esencial comprender cómo la alimentación puede marcar la diferencia en la prevención y manejo de esta condición. Pero ¿y si además te dijera que la forma en que elegimos nuestros alimentos puede tener un impacto aún mayor, no solo en nuestra salud, sino también en el medio ambiente?

A nivel global, las calorías obtenidas de la carne, azúcares, aceites y grasas han estado aumentando en las últimas décadas, mientras que las provenientes de alimentos ricos en fibra como los cereales integrales, legumbres y raíces han estado disminuyendo. Esta transición nutricional afecta los patrones alimentarios y la ingesta de nutrientes, lo que influye en el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes.

Los alimentos que tienen una mayor incidencia en el desarrollo de estas enfermedades, son también aquellos que por lo general poseen una huella ambiental considerable. Su producción juega un papel significativo en la emisión de gases de efecto invernadero y en la degradación de recursos vitales como el suelo y el agua.

Este desequilibrio en la elección de alimentos no solo incide en la salud de las personas, sino que también ejerce una presión considerable sobre los ecosistemas. La necesidad de promover una alimentación más equilibrada y sostenible es urgente, no solo para prevenir enfermedades crónicas, sino también para preservar el equilibrio ecológico de nuestro entorno.

Patrones dietéticos para la prevención de enfermedades

En México, 12.4 millones de personas viven con diabetes. Actualmente en nuestro país, esta enfermedad es la tercera causa de muerte y cobra la vida de más de cien mil personas anualmente.

Consumir dietas principalmente basadas en plantas reduce el riesgo de desarrollar obesidad, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y por supuesto, diabetes. Estas dietas son ricas en verduras y frutas, granos enteros, legumbres, frutos secos y semillas, y contienen cantidades moderadas de carne y productos lácteos. Una alimentación con estas características ayuda a lograr y mantener un peso saludable, reduce la presión arterial y también es rica en fuentes de fibra dietética.

La alimentación sostenible no se trata sólo de nutrir nuestro cuerpo, sino también de nutrir el planeta. Se basa en elegir alimentos que sean buenos para nuestra salud y para el medio ambiente.

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Las personas que llevan una alimentación 100% basada en plantas tienen un 30-50% menos de riesgo de enfermar de diabetes.

Pero, ¿Qué hay de las personas que ya padecen esta enfermedad?. Durante mucho tiempo, hubo ciertas preocupaciones con respecto a una alimentación predominante o total en alimentos de origen vegetal, pues se consideraba que había una mayor ingesta de carbohidratos, elevación del azúcar en sangre, aumento de peso, falta de energía, entre otros.

Sin embargo, diversos estudios actuales alrededor del mundo, coinciden en que:

• Las dietas a base de plantas, son herramientas eficaces para la prevención y el control de la diabetes tipo 2.
• El consumo de comidas rápidas, las carnes y otras grasas animales, los cereales altamente refinados y las bebidas azucaradas, desempeñan un papel fundamental en las tasas crecientes de diabetes tipo 2.
• La prevalencia e incidencia de la diabetes tipo 2 son significativamente menores entre quienes siguen patrones de alimentación basados ​​en plantas en comparación con los omnívoros.
• Se ha descubierto que las legumbres, cereales integrales, frutas, verduras, nueces, y fibra son elementos protegen contra la diabetes.
• Las dietas altas en carbohidratos complejos, de bajo índice glucémico, bajas en grasas y predominantemente vegetarianas se asocian con la pérdida de peso y disminución en las dosis de tratamientos con insulina.
• Los carbohidratos de los cereales integrales y la fibra reducen el riesgo de desarrollar diabetes, mientras que los carbohidratos refinados, bajos en fibra, pueden aumentar el riesgo de diabetes.
• Las grasas saturadas y trans, encontradas en productos de origen animal, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes, y en los pacientes diabéticos, aumentan la mortalidad.
  
  

Dicho lo anterior, las personas que quieran prevenir o controlar la diabetes (y en realidad para todas las personas), es recomendable ingerir en mayor proporción:

• Verduras, sobre todo hojas verdes y aquellas que puedan comerse crudas.
• Frutas con cáscara y alto contenido de fibra y líquidos.
• Cereales integrales y granos enteros.
• Legumbres: frijoles, lentejas, garbanzos, habas, etc.
• Nueces, semillas y otras fuentes de grasas vegetales, como cacahuates, almendras, nueces, semillas de girasol, aguacate.
  
  

En contraparte los alimentos que deben consumirse en cantidades mínimas -o nulas-, son:

• Cereales refinados, como harinas blancas, pan dulce, galletas, frituras, pastelitos.
• Azúcares refinados, como dulces y golosinas, bebidas azucaradas, azúcar añadida.
• Productos de origen animal y grasas animales, incluyendo lácteos y huevo.
  
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Además de una alimentación balanceada, se debe evitar el tabaco y el sedentarismo; practicar actividad física y acudir a revisión médica permanente para tener una mejor calidad de vida.

Conclusiones

Entre las consecuencias de la atención tardía o de la falta de control de la diabetes se observan la pérdida de la función renal, problemas de agudeza visual, amputaciones, infarto al miocardio, eventos cardiovasculares mayores, neuropatía, dolor crónico en extremidades y muerte prematura.

Así que, ¿Harás ajustes en tu alimentación para prevenir o controlar la diabetes?

La alimentación sostenible no solo es una forma de cuidar de tu salud, sino también de contribuir a un planeta más saludable.

En este Día Mundial de la Diabetes, te invitamos a dar un paso hacia un futuro más sostenible y saludable. Adopta pequeños cambios en tu alimentación y estilo de vida, para cuidar tu salud, y a la vez, del medio ambiente.

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