En conmemoración por el Día Mundial de la Nutrición, exploramos la situación actual de México en relación con la alimentación, los retos que enfrenta y las oportunidades para promover prácticas más sostenibles en el sistema alimentario.
México es un país rico en biodiversidad, cultura culinaria y tradiciones gastronómicas. Aunque enfrentamos diversos desafíos en términos de seguridad alimentaria, también tenemos grandes oportunidades para desarrollar prácticas y sistemas de producción más sostenibles y promover la colaboración entre los diferentes actores del sistema alimentario, como productores, distribuidores, consumidores y el gobierno para lograr un sistema alimentario más equitativo y saludable.
La gastronomía mexicana tiene una gran variedad de platillos elaborados a partir de ingredientes que provienen de las plantas. Desde el maíz, los frijoles y las diversas variedades de chiles hasta las frutas tropicales y los vegetales de hoja verde.
Además, el clima y la geografía de México brindan condiciones propicias para la producción de estos alimentos, su disponibilidad en el país es abundante y nutritiva, desde los tradicionales nopales y garbanzos hasta las semillas de chía y el aguacate. Estos ingredientes son fuente de proteínas, fibra, vitaminas y minerales. La realidad es que la cocina mexicana ofrece una base sólida y deliciosa para adoptar una alimentación basada en plantas.
Tanto la malnutrición en todas sus formas como la degradación acelerada del medio ambiente y los recursos naturales representan dos de los desafíos más urgentes que enfrentamos en la actualidad.
“Cada vez hay más problemas para que los actuales sistemas alimentarios puedan proporcionar alimentos suficientes, inocuos, diversos y ricos en nutrientes para todos que contribuyan a una dieta saludable, debido, entre otras cosas, a las limitaciones resultantes de la escasez de recursos y el deterioro ambiental, así como a modelos insostenibles de producción y consumo”
- Segunda Conferencia Internacional de Nutrición, organizada conjuntamente por la FAO y la OMS
De acuerdo con cifras de la ONU, en México alrededor de 7.8 millones de personas experimentan subalimentación. En otras palabras, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada y severa afecta a 2 de cada 4 mexicanos.
El incremento en los precios de los alimentos ha llevado a que el 26.3% de la población mexicana no pueda acceder a una dieta saludable, según datos del informe “Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional - América Latina y el Caribe 2022”
México enfrenta retos en cuanto a la nutrición de su población y la conservación del ambiente. A pesar de tener una rica diversidad de alimentos, existe un problema de malnutrición, que incluye altas tasas de obesidad y desnutrición y el sistema alimentario actual, simplemente no es capaz de mantenerse a largo plazo sin agotar los recursos naturales ni causar daños ambientales significativos.
En la actualidad, una alimentación sostenible no es completamente accesible y asequible para todos los mexicanos. Existen barreras y obstáculos que dificultan que toda la población pueda acceder a este tipo de alimentos de manera consistente.
Pobreza: La pobreza puede dar lugar a la inseguridad alimentaria, lo que significa que las personas no tienen acceso garantizado a una alimentación adecuada en términos de cantidad y calidad.
Costo de los alimentos: En ciertas áreas los alimentos procesados y ultraprocesados pueden ser más económicos en comparación con los alimentos frescos y saludables, lo que puede llevar a una elección basada en el precio en lugar de la sostenibilidad y la nutrición.
Disponibilidad y acceso geográfico: La disponibilidad de alimentos varía según la región de México, dificultando que algunas personas puedan acceder a ellos, especialmente aquellas que viven en áreas remotas o desfavorecidas.
Educación y conciencia: Muchas personas pueden no estar informadas o no tener acceso a información adecuada para tomar decisiones informadas al respecto.
Aunque tenemos retos, México cuenta con riqueza de recursos, condiciones propicias para la producción de alimentos vegetales y una creciente conciencia sobre la importancia de una alimentación más saludable y sostenible. Se debe aprovechar estas fortalezas para promover una alimentación basada en plantas y reducir o eliminar el consumo de ingredientes de origen animal para contribuir a la seguridad alimentaria en el país.
Para que esto sea posible, los esfuerzos se deben enfocar en fomentar una mayor disponibilidad, educación y conciencia sobre la importancia de una alimentación sostenible y facilitar su acceso económico para promover una mayor equidad y disponibilidad de alimentos saludables y sostenibles en México.
Es fundamental que el gobierno mexicano implemente leyes, políticas y programas que pongan a disposición de la sociedad, incluidas las personas de bajos recursos, alimentos sostenibles y promover la participación ciudadana en la toma de decisiones relacionadas con la alimentación.
Desde lo individual y como consumidores, podemos tomar decisiones informadas y responsables al elegir nuestros alimentos y concientizar a más personas sobre el rol que cada uno desempeña para lograr cambios estructurales. La clave está en ser conscientes de nuestras elecciones y buscar alternativas al planificar, explorar y aprovechar los recursos disponibles, para contribuir a que la alimentación nutritiva y sostenible, sea una realidad para los mexicanos.
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