UNAM va por alimentación sostenible en bachillerato

La medida busca ofrecer una alimentación sostenible que promueva la salud de la comunidad estudiantil. Ultraprocesados y azúcares serán retirados gradualmente.

Escrito por Uriel Gámez
16/12/2025 15:00

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó la Guía Técnica Alimentaria y Nutrimental para la Preparación, Distribución y Expendio de Alimentos y Bebidas, que será implementada en el nivel bachillerato de la institución. Esta medida busca fortalecer la salud de la comunidad estudiantil mediante una oferta alimentaria más nutritiva, suficiente y sostenible.

El documento retoma los principios de la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible (LGAAS), impulsada por Alianza Alimentaria y Acción Climática en 2024, y tiene como objetivo prevenir la malnutrición, reducir el consumo de ultraprocesados y azúcares, y disminuir el impacto ambiental asociado al sistema alimentario en la Universidad.

Entre las medidas que adoptará la Universidad está la reducción de alimentos ultraprocesados, el retiro de productos con etiquetado frontal y el fortalecimiento de la higiene en los procesos de producción de alimentos.

Además la adopción de este enfoque contribuye a la prevención de la malnutrición y promueve estilos de vida que favorecen el bienestar integral de las y los estudiantes, al mismo tiempo que la Universidad reduce el impacto ambiental asociado con la producción, distribución y preparación de alimentos.

“Que la UNAM reconozca y atienda el potencial de la LGAAS para ofrecer alimentos saludables y sostenibles a las y los estudiantes de Prepas y CCH es un paso crucial. Este documento no solo formaliza el compromiso de la universidad con la salud de su comunidad, sino que reafirma su responsabilidad con el cuidado del planeta y con la construcción de un futuro más justo y sostenible”, señaló Sofía Ruiz Oldenbourg, gerente de Alianza Alimentaria y Acción Climática.

Alimentación sostenible, clave para el futuro

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la alimentación sostenible debe ser accesible, asequible, nutricionalmente adecuada y culturalmente pertinente. Adoptar estos criterios contribuye a reducir la prevalencia de enfermedades como la hipertensión, la diabetes y otros padecimientos asociados a los hábitos alimentarios.

Asimismo, fomenta el consumo de alimentos de origen vegetal, los cuales tienen una huella ambiental considerablemente menor en comparación con los productos de origen animal y los alimentos ultraprocesados. Por esto, cuando se habla de una transformación de los entornos alimentarios, es indispensable incrementar la disponibilidad y consumo de legumbres, cereales, verduras, frutas y semillas, preparándolos de maneras atractivas y deliciosas para fomentar su consumo.

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Al mismo tiempo, además de reducir ultraprocesados y azúcares, es necesario moderar el consumo de carnes, lácteos, huevos y productos del mar, en línea con las recién actualizadas Guías Alimentarias Saludables y Sostenibles para la Población Mexicana 2025–2030, para generar beneficios reales tanto para la salud humana como para la planetaria.

Este enfoque no solo mejora la salud de la población estudiantil, sino que también ayuda a garantizar que las generaciones presentes y futuras tengan acceso a alimentos nutritivos y de calidad.

Cambio en el paradigma de producción y consumo

El sobreconsumo de carnes, huevo, lácteos, alimentos ultraprocesados y azúcares tiene un impacto significativo no solo en la salud pública, sino también en la degradación del planeta.

Según el informe EAT-Lancet, actualizado recientemente, el sistema alimentario requiere una transformación profunda para garantizar su sostenibilidad. Es necesario replantear qué producimos y cómo lo hacemos, ya que actualmente este sector es responsable de más del 30 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

“La UNAM tiene una oportunidad histórica: proteger la salud de su comunidad y, al mismo tiempo, la del planeta. A través de los alimentos puede reducir de manera significativa los impactos ambientales del sistema alimentario y contribuir activamente a la mitigación del cambio climático. Por su tamaño, liderazgo e influencia, cada decisión que tome tendrá un efecto multiplicador. Si este compromiso se consolida y escala a niveles superiores, el impacto positivo será profundo, duradero y transformador”, aseguró Ruiz Oldenbourg.

Rediseñar los entornos alimentarios de las escuelas es un gran paso para reducir estos impactos ambientales y a la salud.

“Desde Alianza Alimentaria y Acción Climática ponemos a disposición de la UNAM nuestra experiencia técnica en el diseño de menús y entornos alimentarios saludables y sostenibles. Acompañar a instituciones públicas y privadas en la transformación de sus sistemas alimentarios es clave para reducir impactos ambientales, mejorar la salud de la comunidad y demostrar que el cambio es posible cuando se toman decisiones basadas en evidencia, justicia social y sostenibilidad”, concluyó Ruiz Oldenbourg.


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