Descubre cómo una alimentación basada en plantas puede ser clave para prevenir la hipertensión arterial y mejorar nuestra salud. En este artículo, exploramos los efectos negativos de un exceso de productos de origen animal y cómo la sostenibilidad alimentaria contribuye tanto a tu bienestar como al del planeta. ¡Haz el cambio hacia una vida más saludable y sostenible hoy!
Somos lo que comemos, este dicho tiene mucho que decirnos sobre nuestros hábitos alimenticios. El exceso de consumo de algunos alimentos provoca enfermedades crónicas no transmisibles que afectan a mucha población en el mundo y México no es excepción.
Hoy conmemoramos el Día Mundial de la Hipertensión, una fecha para promover la concienciación y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar esta enfermedad cardiovascular.
En el planeta hay mil 280 millones de adultos que viven con hipertensión arterial y casi dos tercios viven en países de ingresos bajos y medianos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la OMS.
En México casi el 30% de la población adulta padece hipertensión arterial y 43% de personas con esta enfermedad no han sido diagnosticadas.
La causa: el consumo excesivo de productos de origen animal, alimentación alta en sodio y grasas saturadas. Los productos procesados y ultraprocesados, como los embutidos, son la principal fuente de sodio en la dieta de la población mexicana.
Hay que ser claros: la hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo. Si no se trata puede desencadenar en un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Pero tenemos una solución en nuestros platos.
De acuerdo con la OMS, la mayoría de personas hipertensas no tienen síntomas, aunque la tensión muy alta puede causar dolor de cabeza, visión borrosa, dolor en el pecho, mareos, dificultad para respirar, entre otros.
La mejor manera de saber si se tiene hipertensión es acudir con un profesional de la salud, es un proceso rápido y sin dolor.
Contrario a las grasas saturadas que podemos encontrar en carnes, quesos y embutidos, una alimentación basada en plantas contiene niveles mínimos de estas.
Al consumir verduras y hortalizas obtenemos fibra, vitaminas y minerales esenciales para nuestro organismo. Incluso las legumbres como los frijoles, chícharos o lentejas contienen proteínas vegetales y no poseen grasa ni colesterol.
Combinados con otros cereales como el maíz o el arroz, obtenemos los aminoácidos esenciales que permiten al cuerpo sintetizar las proteínas que necesita, además son deliciosos. En Alianza Alimentaria y Acción Climática desarrollamos un recetario con platillos a base de legumbres ya que son accesibles, asequibles y una manera sostenible de obtener nutrientes, puedes encontrarlo haciendo clic aquí.
Reducir nuestro consumo de productos de origen animal y aumentar el de verduras, hortalizas y semillas no solo mejora nuestra salud, también la del planeta, pues la producción de carne, lácteos, huevos y mariscos tiene una huella ambiental muy alta, con grandes emisiones de gases que calientan al planeta, utiliza muchos recursos hídricos y deforesta grandes cantidades de terreno para producir alimento para los animales.
Adoptar un enfoque de alimentación sostenible nos da un doble beneficio: cuida nuestra salud y la del planeta. Al mismo tiempo protegemos ecosistemas y las especies que habitan en ellos. ¡Parece una pequeña acción pero tiene un gran impacto!
Podemos hacerlo con una gran variedad de opciones deliciosas y nutritivas que nos permiten vivir de forma más consciente y responsable con nuestro entorno.
El poder de la alimentación está en nuestras manos, y nunca ha sido tan fácil elegir un camino hacia el bienestar personal y planetario.