El home office se ha vuelto parte de la cotidianeidad de millones de profesionales, y la comida es un reto para muchos de ellos.
La alimentación juega un papel clave para reforzar el sistema inmunológico, reducir el estrés, aumentar la concentración, sentirnos más productivos, darnos energía y por supuesto mantenernos más sanos. La comida a media jornada laboral, era parte de un ritual en el que se convivía con los compañeros de oficina. Todas estas dinámicas se han visto afectadas con el confinamiento. Los oficinistas han tenido que acostumbrarse a parar a la hora de la comida para consumir alimentos que en una gran mayoría, podrían ser preparados en casa. Hubo que adaptar la forma en la que se planificaba la preparación de esos alimentos, o incluso, la forma en la que se digieren.
Diferentes estudios han comprobado que la productividad y la creatividad en horas de oficina pueden ser seriamente afectadas en función de la comida. No es saludable ni productivo trabajar con un estómago vacío, pero trabajar con un estómago hiper lleno puede causar cansancio y somnolencia.
Entonces, ¿qué podemos hacer para adoptar hábitos de alimentación más saludables cuando trabajamos desde casa?
Bloquear en tu calendario tu hora de comida, facilitará que las personas puedan ver que no estás disponible en ese horario y te permitirá enfocarte, aprovechar y disfrutar tus alimentos.
Deberás enfocarte en lo que realmente te puede aportar a ti y a tu familia los requerimientos nutricionales necesarios y evitar los alimentos procesados que contengan grandes cantidades de azúcares y grasas saturadas. Como ventaja, ahora es más fácil encontrar en internet las etiquetas de los productos para ayudarte a tomar una mejor decisión.
Trata de sentarte en el comedor o en algún espacio diferente a donde acostumbras trabajar, y disfruta los aromas, las texturas y la manera en cómo se ve el platillo que estás comiendo, saboreando cada bocado, masticando despacio para tener una mejor digestión. Esto ayudará a que puedas realmente aprovechar al máximo tu hora de comida.
Cocinar comida para varios días es una forma práctica y efectiva de ahorrar tiempo durante la semana, además, es más fácil preparar platillos saludables y nutritivos, y tener acceso a ellos. Guárdala en el refrigerador o congelador; puedes cocinar solo 2 veces a la semana, o los fines de semana, y centrarte en platillos no tan elaborados, pero balancearlos agregando muchos vegetales, suficientes cereales, adecuadas leguminosas o proteína vegetal, una ración grasas saludables, y suficiente agua natural.
De esta manera, podrás obtener una orientación profesional, o un planeamiento de un menú balanceado por un o una nutrióloga, que te facilitará saber qué y cuánto comer, cuáles alimentos comprar, cómo prepararlos, y todo de manera saludable, nutritiva y adecuada para ti.
Será muy importante reconocer cuando tienes hambre real o cuando lo haces por un impulso emocional, ya que de lo contrario puedes caer en un círculo vicioso en donde el cuerpo te pida más calorías para poder frenar ese sentimiento de estrés o ansiedad. Ojo, si estos sentimientos se vuelven recurrentes será importante que busques la ayuda de un profesional.
2 litros de agua al día ayudarán a tu cuerpo a mantener un adecuado funcionamiento ya que regula nuestra temperatura corporal, ayuda al proceso digestivo y distribuye los nutrientes esenciales a nuestras células; ten a la mano un termo de 1 litro de agua y procura llenarlo 2 veces al día.
Aunados a estos consejos para llevar una mejor alimentación en casa, te recomendamos:
Cuando la vida de oficina se retome, probablemente no será bajo las condiciones de lo que conocíamos como normalidad. Sin embargo, nunca es tarde para que las readaptaciones en la alimentación que la pandemia nos obligó a hacer, sirvan para mejorar nuestra calidad de vida.