Este 5 de junio conmemoramos el Día Mundial del Medioambiente. Cuidar de él y protegerlo nos garantizará un futuro mejor para todos y todas. Desde nuestra alimentación podemos hacerlo realidad ¡Es tiempo de actuar!
Es el aire que respiramos, la tierra en la que ponemos nuestros pies, los bosques que absorben el carbono, los cultivos que nos dan alimento, los ríos que nos abastecen de agua. Todo eso y más es el Medioambiente y hoy estamos en un momento clave para reducir nuestra huella ambiental.
Usualmente escuchamos hablar de cómo todo está perdido o de que ya no podemos hacer mucho para atender la crisis climática, pero eso es engañoso. Podemos hacer mucho desde nuestros hogares, cambiando nuestros hábitos al tiempo que sanamos al planeta.
¿Estás listo para el cambio? Desde Alianza Alimentaria y Acción Climática te proponemos estas acciones simples pero efectivas para mejorar nuestro entorno.
Producir alimentos de origen animal tiene un impacto ambiental alto para el planeta, causando deforestación, uso excesivo de agua y una gran emisión de gases contaminantes. Por ejemplo, la leche de vaca genera una huella ambiental muy elevada: por cada litro de leche se utilizan 628 litros de agua y se emiten 3.19 kg de gases de efecto invernadero. Tan solo en México se producen cerca de 14 mil millones de litros anualmente, toda el agua usada equivale al abastecimiento de la mitad del país ¡durante un año entero!
Optar por alternativas vegetales como la leche de soya tiene un impacto mucho menor: solo se necesitan 28 litros de agua y se emite sólo un tercio de gases comparado con la leche de vaca. Si las hacemos en casa es aún mejor pues no generamos residuos plásticos por su consumo y es muy económico.
Tenemos un recetario para que puedas hacer platillos con sustitutos lácteos basados en plantas. Son deliciosos y sostenibles. Descargalo aquí: https://alianzaalimentaria.org/impacto-ambiental-leche
Para crear un futuro más sostenible también debemos cambiar la forma en que producimos productos y cómo manejamos nuestros residuos: botellas de plástico, cartón, papel, alimentos… Es una lista larga pero podemos hacer mucho con estas acciones:
La alimentación sostenible es aquella que es accesible, asequible, nutricionalmente y culturalmente adecuada, con bajo impacto ambiental y que ayuda a que las generaciones futuras puedan disfrutar de alimentos. Si no cambiamos la forma en que producimos nuestros alimentos seguirá la deforestación, las emisiones de gases, los monocultivos y la contaminación de suelos y ríos, que rebasan los límites planetarios. Esto a su vez amenaza a las especies de los ecosistemas pues estos impactos ambientales las desplazan hacia otros lugares.
Cuando elegimos una alimentación sostenible debemos priorizar aquellos alimentos basados en plantas, pues su impacto en el planeta es mucho menor comparado con otros alimentos, como los productos de origen animal o los ultraprocesados. Además de que ayudan a conservar al planeta, también tienen beneficios para nuestra propia salud.
Asimismo, la agricultura sostenible se basa en cinco principios: aumentar la productividad, el empleo y el valor añadido en los sistemas de alimentación; impulsar la protección de los recursos naturales; mejorar y fomentar el crecimiento económico sostenible; potenciar la resiliencia de las comunidades y de los ecosistemas y adaptar políticas públicas a los nuevos retos.
Con estos cambios y si la población global adoptara una alimentación basada en plantas recuperaríamos hasta 3 mil millones de hectáreas, pues la mayoría de cultivos del mundo son usados para alimentar a los animales destinados a consumo.
Estas acciones parecen sencillas pero tienen un gran impacto cuando lo hacemos en colectivo. Nuestras acciones individuales impactan en más personas, inspiremos el cambio. Aquí puedes encontrar más recursos para hacerlo y si tienes dudas escríbenos, estamos para acompañarte.