La crianza de gallinas sin el uso de jaulas es fundamental para que la producción de huevos sea sostenible.
Los innumerables beneficios que el sistema libre de jaulas aporta a las gallinas, a los productores, consumidores y al propio planeta no han pasado desapercibidos en el mercado.
Hoy en día, las mayores empresas del sector de la alimentación se han comprometido a respetar el bienestar animal, vendiendo exclusivamente, a partir de ahora o en un futuro próximo, huevos libres de jaula. Todas las facetas de la industria agroalimentaria se esfuerzan por lograr la sostenibilidad, y ésta debe ocupar un lugar destacado en las agendas de todos los actores de la cadena de suministro de huevos.
La unión entre el bienestar animal, el producto final mejorado y otros muchos beneficios han hecho que el sistema libre de jaulas sea algo más que una tendencia y ahora es un requisito mundial real.
En algunos países europeos como Luxemburgo, Suiza o Austria, los sistemas de jaulas ya están prohibidos. En Alemania, lo estará a partir de 2025; en República Checa prohibirán las jaulas en 2027 y en Eslovaquia, en 2030. En otros países europeos como Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda o Bélgica, menos del 40% de su producción proviene de aves enjauladas. Sin embargo, datos de Humane Society International señalan que en México hay 161.1 millones de gallinas ponedoras, y de esa cifra menos del 1% se encuentra en sistemas libres de jaula.
En los modelos libres de jaulas, las gallinas tienen espacio, pueden picotear, anidar para poner huevos, subirse a perchas para dormir y darse baños de polvo, que les permiten mantener las plumas en buenas condiciones. En otras palabras, se trata de modelos de producción que ofrecen calidad de vida a las aves, lo que se refleja, también, en un producto de mayor calidad para el consumo humano.
La sostenibilidad también juega un rol fundamental en esta transición. Según un análisis de sostenibilidad solicitado por el Parlamento Europeo en 2020, los sistemas sin jaulas para gallinas ponedoras son económica, ambiental y socialmente similares a los sistemas de jaulas enriquecidas, con la ventaja de potenciar el bienestar animal. El estudio indica que para que haya una transición sostenible, debe otorgarse un período realista, sin que sea excesivo.
Impulsar modelos que permitan una mejor calidad de vida para las gallinas, y una producción más sostenible, es una motivación, por sí misma. Pero hay otros beneficios de ese sistema de producción:
Esta transición hacia sistemas libres de jaulas se alinea con las directrices que ha marcado la Unión Europea para atajar los graves problemas de sostenibilidad, biodiversidad y medioambiente que están afectando al planeta, a través de diversas estrategias tales como “De la Granja a la Mesa”, el “Pacto Verde”, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, desarrollados por las Naciones Unidas.
Siguiendo estas premisas, cada vez más empresas productoras y cadenas de supermercados se suman a esta tendencia, mediante el compromiso de dejar progresivamente de vender huevos de gallinas enjauladas de aquí al 2025.