Los comedores industriales requieren cambios adicionales para entrar a la nueva normalidad.
En repetidas ocasiones durante el manejo de esta pandemia en México, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gattel Ramírez ha mencionado la importancia del combate hacia las enfermedades crónico degenerativas asociadas a una pobre nutrición, tales como el obesidad metabólica, la diabetes, hipertensión, enfermedades coronarias, entre otras, ya que se ha observado que estas condiciones han sido responsables de una mayor mortalidad en nuestro país.
Si bien se tienen ya los Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral para reactivar las actividades económicas con el menor riesgo posible, los comedores apenas se mencionan como áreas donde debe haber aislamiento, barreras protectoras, sana distancia y ventilación, ello implica cambios en el acomodo de mesas y sillas, protecciones en las barras, así como la extensión de horarios de comida. Sin embargo, sigue quedando fuera la porción correspondiente a la adecuada alimentación, ya que una buena nutrición no solo previene contra esas enfermedades crónicas que agravan la actual situación de covid19, sino también mejora la respuesta del sistema inmunológico e incluso la productividad.
Será necesario comenzar un proceso de culturización en los comedores para tener una alimentación más saludable, que ayuda a reducir los riesgos asociados a la obesidad metabólica y otras enfermedades asociadas a una nutrición inadecuada, pues hoy es evidente que el personal con esas enfermedades es más propenso a adquirir la enfermedad y agravarse en los síntomas de coronavirus. Para ello es fundamental reducir los alimentos industrializados, limitar el consumo de productos de origen animal y aumentar significativamente la fibra soluble en frutas, verduras, cereales y leguminosas, así como incrementar la oferta de opciones 100% basadas en plantas.
Por otro lado, está la relación que tiene la hora de la comida con la socialización y la salud mental, ya que los comedores en las empresas y comunidades, inclusive a nivel familiar, se consideran momentos de recreación, relajación física y mental así como de convivencia social. Restringir la convivencia social a la hora de la comida puede generar efectos adversos en los niveles de estrés y ansiedad de los colaboradores, dado que también, el evitar hablar cerca de los alimentos será necesario, reduciendo aún más la comunicación y convivencia Ante ello, se requiere generar un programa de bienestar que incluya una alimentación adecuada que controle el estrés y la ansiedad así como apoyos para realizar ejercicio físico y otorgar herramientas para el manejo de emociones.
Adicionalmente, el uso de plásticos y desechables, limpiadores, desinfectantes, detergentes y por tanto el aumento en el consumo de agua, será un reto para aquellos comedores que llevaban avances importantes en términos de reducción de residuos, contaminación y uso de agua, por lo que será importante encontrar oportunidades para reducir la cantidad de plásticos y de recursos utilizados para los insumos y la cocina, para poder compensar el aumento requerido para regresar a la nueva normalidad.
De la misma forma, será conveniente revisar las cadenas de suministro para apoyar las economías de productores agrícolas que fueron muy afectadas por el el confinamiento y paro de actividades no esenciales, donde la logística para distribución de alimentos fue una de las principales razones por las que se ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria.
Alianza Alimentaria tiene bien claros estos cambios necesarios para la nueva normalidad, por lo que puede ayudarte para adaptar tu comedor y cocina para cumplir con las condiciones de higiene, seguridad y medio ambiente requeridas para mantener una operación sin riesgos y además, reducir sus impactos ambientales mientras se reducen los costos.
Si es de tu interés conocer nuestra estrategia para esta nueva normalidad, contáctanos a través del formulario que se encuentra en este blog o al correo [email protected]