Cada año criamos 18 mil millones de animales para que mueran, y luego ni siquiera los comemos

Uno de cada cuatro animales criados en granjas industriales se desperdicia. Esto representa un grave problema para el medio ambiente.

Escrito por Sofía Ruiz
09/01/2024 16:19

Casi 1 de cada 4 animales criados en granjas industriales nunca llega a ser consumido. Esto según un estudio publicado en la revista Sustainable Production and Consumption, que arroja nueva información sobre el impacto global del desperdicio de alimentos de origen animal.

Investigadores de la Universidad de Leiden en los Países Bajos descubrieron que en 2019, de los 75 mil millones de cerdos, pollos, pavos, vacas, cabras y ovejas criados para alimentos en todo el mundo, 18 mil millones nunca fueron consumidos. El estudio contabilizó animales desperdiciados en cualquier punto de la cadena de suministro: aquellos que murieron prematuramente en la granja o camino hacia el rastro; los desechados en el procesamiento; y finalmente los desperdiciados por restaurantes, supermercados y consumidores. (El estudio, sin embargo, no incluyó los productos del mar, que probablemente representarían cientos de miles de millones de peces y camarones).

"Este estudio proporciona la primera comprensión integral de la magnitud del problema", escribieron los autores del estudio, señalando que "crear conciencia entre los responsables políticos y los consumidores de que la pérdida y el desperdicio de alimentos conlleva consecuencias tan vastas" podría impulsar la acción sobre el problema.

En una Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015, los líderes mundiales se comprometieron a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030, pero se espera que el problema empeore a nivel mundial.


El costo ambiental del desperdicio alimentario

La pérdida de alimentos a menudo se considera simplemente un problema de seguridad alimentaria: muchas personas pasan hambre, y desviar alimentos comestibles hacia quienes lo necesitan puede prevenir el hambre y la desnutrición. Pero también es un desafío ambiental importante. La alimentación y la agricultura representan aproximadamente un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo que cada bocado de comida que se pierde o se desperdicia representa emisiones de carbono arrojadas a la atmósfera que no eran necesarias. Y cuando los alimentos terminan en los basureros, generan metano, un gas de efecto invernadero altamente potente. En total, el seis por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen del desperdicio de alimentos. Desperdiciar carne es especialmente perjudicial para el medio ambiente, ya que tiene una huella de carbono mucho mayor que los alimentos a base de plantas.

La reducción del desperdicio de alimentos podría ser una herramienta importante para mitigar la cantidad de animales que pasan por el sistema de granjas industriales, y su inmenso costo ambiental y ético. Escuchamos mucho sobre la importancia de comer menos carne por el bien de los animales y el medio ambiente, pero es importante que entre en la conversación otro tema: Desperdiciar menos.


Reducir el desperdicio de alimentos en casa

Reducir el desperdicio de alimentos de origen animal en la granja y durante su procesamiento son pasos cruciales, pero también es fundamental reducirlo en el hogar, ya que, combinados, representan alrededor de un tercio del problema. Y una vez que los alimentos llegan al consumidor, las emisiones de producción, procesamiento, empaque y envío quedan incorporadas en el producto.

WRAP, una organización ambiental sin fines de lucro con sede en el Reino Unido, descubrió que cuando los hogares británicos redujeron el desperdicio de alimentos y bebidas en un 21 por ciento de 2007 a 2012, también compraron menos alimentos y bebidas.

"Reducir la cantidad de alimentos que la gente en el Reino Unido desperdicia en sus hogares parece haber tenido un efecto secundario al reducir la cantidad de alimentos que la gente necesita comprar", dijo Tom Quested, analista principal en WRAP. "Además, la investigación centrada en la UE sugiere que este efecto podría extenderse hasta la cadena de suministro, reduciendo la cantidad de alimentos que necesitamos criar o cultivar".

Entonces, ¿cómo se puede desperdiciar menos carne y otros productos de origen animal? Entender cuándo la comida realmente se echará a perder, usar el congelador de manera acertada y planificar con anticipación.

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"Mucha gente piensa que su comida ya no sirve cuando en realidad todavía es perfectamente comestible", dijo Gunders. "Las fechas en los alimentos realmente indican cuándo algo está en su mejor calidad o está más fresco, pero no te dicen que la comida está mala o que no puedes comerla".

¿Su regla general? "Si se ve bien, huele bien y sabe bien, está bien para comer". Gunders nos invita a visitar SaveTheFood.com, una guía para el consumidor de la organización ambiental Natural Resources Defense Council, para obtener más información. (También recomienda este resumen sobre fechas de vencimiento y consumo preferente).

¿No puedes comerlo pronto? Mételo en el congelador. "Los congeladores son como un botón mágico de pausa", dijo Gunders.

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Por último, planifica con anticipación. "Si puedes, esquematiza un plan preciso de tu semana y cuándo y qué comerás en casa, y tenlo en mente cuando vayas de compras", dijo Gunders. "Eso es realmente crítico porque en las compras asumes el impacto de los alimentos independientemente de si los comes o no".

Adaptación de Vox.


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