5 acciones que se creen sostenibles y que no lo son tanto

Existen muchas prácticas que se consideran sostenibles y que a la larga, pueden generar un mayor impacto ambiental.

Escrito por Karina González Bret
03/11/2020 11:30

Cuando empezamos a generar cambios y compromisos hacia nosotros mismos, el medio ambiente y la sociedad, es fácil dejarnos llevar por las tendencias e información que tenemos a la mano sin verificar si las mismas aportan realmente los beneficios que se dicen sobre esas acciones. Toda acción tiene consecuencias y efectos, que siempre son una mezcla de efectos positivos con efectos negativos, ninguna acción es perfecta.

Aquí te hablaremos de 5 acciones que usualmente tomamos, que tienen algún tipo de relación con nuestra alimentación y que pueden siempre perfeccionarse.


Moverse únicamente en bicicleta

¿Y qué tiene que ver esto con la alimentación? Pues que para mantener esta actividad y recorrer grandes distancias, se requiere una gran cantidad también de calorías, lo que implica una mayor cantidad de alimentos densos energéticamente. Si la alimentación está constituida de productos de alto impacto ambiental, principalmente productos de origen animal, el impacto positivo se neutraliza por completo e incluso el impacto negativo aumenta. Esto es una conclusión de un científico de Harvard que analizó en 2016 la ingesta calórica necesaria para movernos únicamente en bicicleta.


Consumir sólo local

Es un hecho, entre menos kilómetros se recorran del punto de producción y de venta, se generan menos gases de efecto invernadero por la transportación. No obstante, el mayor impacto ambiental de la mayoría de los alimentos se encuentra en su producción y en el desperdicio, no en su transportación. En ese caso ,es mucho más importante fijarse que los métodos de producción sean sostenibles a que sean productos de producción local, sobretodo aplica para productos de origen animal, ya que consumir grandes cantidades de estos productos no solo neutraliza los esfuerzos del consumo local, inclusive productos de origen de libre pastoreo pueden no solo neutralizar nuestros esfuerzos por reducir los gases de efecto invernadero de la transportación sino incrementarlos.


Consumir sólo orgánico

Lo orgánico no significa siempre sostenible, simplemente que está libre de fertilizantes, pesticidas y herbicidas artificiales y dependiendo de la definición de cada región, que tampoco contienen productos transgénicos. Esto puede ser beneficioso en muchas ocasiones, sobretodo por evitar el agotamiento de la tierra al utilizar nutrientes más variados, no obstante, en general el rendimiento de los productos orgánicos es menor que los no orgánicos, lo que lleva a más tierras a ser utilizadas para su cultivo y, por otro lado, el evitar los transgénicos implica que hay alimentos que no pueden ser cultivados en muchas regiones, lo cual condena a muchos países a tener que importar esos alimentos o cultivarlos en invernaderos controlados, lo que aumenta significativamente la energía utilizada para su transportación y para mantener las temperaturas óptimas de crecimiento.


Confiarnos a la composta

La composta es una gran idea para realizar en casa, siempre y cuando no se use para compostar desperdicios de comida que pudo ser aprovechada, ya sea porque compramos o preparamos comida de más que se echó a perder por no ser consumida en su totalidad a tiempo, o porque eliminamos cortes de frutas y verduras que podrían ser aprovechados, como en el caso de muchas cáscaras que pueden ser utilizadas para preparar diversos alimentos, principalmente sopas o purés. Igualmente, es sabido que los residuos de los productos de origen animal y aceites no pueden ser introducidos a la composta, por lo que conviene no consumirles para evitar que la calidad de la composta sea mala. Por lo tanto, la composta es solo una buena idea si consumimos absolutamente todo lo que compramos y si lo que compramos es meramente de origen vegetal, evitando los aceites.


Consumir solo vegetales sin fijarnos en origen o empaquetamiento

Consumir solo alimentos de origen vegetal en definitiva es buena idea, pues los productos de origen animal tienen un mayor impacto negativo en el medio ambiente. No obstante, consumir solo alimentos de origen vegetal sin verificar el método de producción de los mismos, el lugar de origen y evitando el empaquetado, puede hacer que una alimentación basada en plantas sea peor. Por cuestiones de higiene los alimentos de origen animal requieren un empaquetado forzoso para su manejo y transportación, por lo que el empaquetado puede no evitarse en estos casos, y en el caso de frutas y verduras, que traen su empaque natural en la mayoría de los casos, se evita hasta cierto punto. Es importante considerar nuevamente que sea algo local y de producción sostenible, pues en países nórdicos que no tienen una buena variedad de frutas y verduras por las condiciones de clima, traerlos de regiones como Sudamérica y África y adicionalmente empaquetarlos con plásticos, aunque estos sean compostables, termina provocando más problemas ambientales, pues los plásticos biodegradables o compostables requieren condiciones bien específicas para degradarse, su reciclabilidad es baja y al degradarse quedan pequeños partículas de plástico que ingresan a los organismos causando otro tipo de daños.


En conclusión, para ser cada vez más sostenibles, debemos considerar las ventajas y desventajas de nuestras elecciones y siempre ir más allá. No significa que dejemos de tomar acciones por el hecho de que no sean perfectas, pues cada pequeña acción cuenta, por lo que nuestro compromiso requiere que siempre busquemos ir más allá, mejorando cada día y que nos informemos sobre nuestras acciones que sumadas, pueden hacer una gran diferencia.


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