Tener acceso a una alimentación nutritiva, diversa e inocua es un derecho de todos los seres humanos.
La conmemoración del Día Mundial de la Alimentación de este día nos recuerda lo vital de nuestro conocimiento al respecto, invitándonos a tener mente abierta y sensibilidad para hacer los cambios necesarios en nuestra alimentación, una vez que las condiciones de nuestro planeta se han modificado.
En el mundo, hasta 733 millones de personas se enfrentan al hambre debido a los conflictos, las repetidas crisis climáticas y las recesiones económicas. Tan solo en México, en 2022, se registraron 8.19 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria severa, lo cual equivaldría a casi la totalidad de población del estado de Jalisco con dificultad para cubrir la necesidad de nutrientes mínimos diarios.
Y es que las formas de producción actual refuerzan la implementación de un ciclo que da prioridad a la obtención de alimentos a partir de la cría intensiva de ganado, lo que lleva al detrimento de bosques y selvas; la intensidad de monocultivos que desgastan la tierra y las enormes cantidades que se ocupan para alimentar a animales para que, a su vez, sean consumidos por el ser humano, lo que hace que nuestro modelo alimentario actual a nivel global esté basado y centrado en alimentos de tres grupos: la carne (vaca, cerdo, pollo y borrego, principalmente), el huevo y derivados lácteos, relegando a un papel de acompañamiento a vegetales, cereales y legumbres, que nos aportan proteínas y micronutrientes, que además abarcan una vasta variedad de aproximadamente 2,000 especies a nivel nacional.
El aumento de temperatura, disminución de precipitaciones, sequías, fenómenos naturales con una intensidad y duración antes no experimentadas son eventos que nadie puede ignorar y que hacen un llamamiento urgente para incorporar medidas sostenibles en nuestra alimentación.
Pero ¿qué es la alimentación sostenible?
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la alimentación sostenible es aquella basada en un sistema de producción y consumo de alimentos que busca satisfacer las necesidades alimenticias actuales sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Integra prácticas ecológicamente responsables, socialmente justas y económicamente viables.
De esta manera, una alimentación sostenible estaría contribuyendo a la disponibilidad, el acceso, el uso y la estabilidad, como los cuatro pilares de la seguridad alimentaria, y a su vez, a las dimensiones ambiental, social y económica de la sostenibilidad.
En este Día Mundial de la Alimentación Alianza Alimentaria y Acción Climática promueve una transición alimenticia gradual y amigable para tu salud y la del planeta, proponiendo estos sencillos consejos:
Iniciando con pequeños cambios en nuestras decisiones cotidianas damos pauta a cambios significativos en nuestros hábitos alimenticios, generando un potente movimiento en el cuidado de nuestra salud, de los nuestros y del planeta. Que este Día Mundial de la Alimentación sea el inicio de la transformación hacia un mundo sostenible, eligiendo un plato a la vez.
¿Quieres iniciar hoy mismo con una alimentación sostenible? ¡Descarga gratis tu guía práctica!